No se puede ni debe esconder el pasado de un País o mirar hacia otro lado, la memoria histórica es el origen o la raíz de una sociedad civilizada y democrática. Nuestro país supuestamente democrático tiene el deber moral y de justicia rehabilitar a miles de familias que padecieron la persecución del franquismo, sin abrir más heridas, pero si cerrarlas definitivamente y no permitir que cada día que pasa sean más profundas o que se pretenda cerrarlas en falso como es el caso de España, con la Ley de la Memoria Histórica.

Debemos de recordarlo y tenerlo muy presente a la vista de los miles de hombres, mujeres y niños, que fueron vilmente perseguidos y asesinados entre los años 1936 y 1975, genocidio contra la humanidad provocado por el alzamiento militar del criminal de guerra el general Franco, con el apoyo incondicional de la Iglesia Católica, contra la Segunda República Española el 18 de julio de 1936, que ordenó la persecución y el exterminio de las familias españolas que no fuesen adictas al nuevo régimen y así se ejecutaron sus órdenes por los generales Queipo de Llano, Mola, Juan Yagüe Blanco, José Millán – Astral, José Enrique Varela, José Antonio Primo de Rivera fundador de la Falange Española, Tradicionalista y de las J.O.N.S y la extrema derecha.

Frases que no podemos olvidar: “Transformaremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Cataluña en un inmenso solar”, del general Queipo de Llano. “Hay que sembrar el terror, hay que dejar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”, del general Emilio Mola Vidal. “Cataluña y el País Vasco, El país Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación. El Fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí”, de José Millán – Astral.